“…Las señales más obvias suelen ser las más complicadas de entender…”
Una señal está hecha para advertir, pero si hubiera una señal que hiciera lo contrario ¿qué harías?
Supongamos que te subes a un colectivo, es un corto viaje, no más de
15 minutos. Nada fuera de lo común, solo el mismo y monótono paisaje que
siempre contemplas día tras día. Cuando estás a punto de quedarte
dormido del aburrimiento, te das cuenta que estás a 2 cuadras de la
parada en la que tienes que bajar. Te paras y caminas lentamente a la
puerta trasera del colectivo… pero hay algo extraño. Encima de la puerta
hay una frase “MIRA ATRÁS ANTES DE BAJAR”. No es ningún anuncio, es
algo que alguien escribió con una fibra. Es bastante vieja, algunas
letras se encuentran borrosas, pero se puede entender la frase. Mientras
sigues divagando sobre el significado, te encuentras a centímetros del
destino de siempre. Atinas a apretar el botón que demuestra tu deseo de
bajar y el colectivo aminora su marcha de a poco. Todavía pensando en la
llamativa frase, tus pies bajan los escalones hacia la calle. Una vez
abajo, sientes un escalofrío que recorre cada parte de tu cuerpo,
volteas rápidamente. Mientras el ultimo tramo de la puerta se cierra
logras ver una sombra asomándose y mirando hacia ti.
¿Seguirás la señal?
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